Quiénes somos
Instituto de los Hermanos de las
Ecuelas Cristianas
San Juan
Bautista de La Salle nació en Francia en 1651, en el seno
de una de las familias más importantes de la ciudad de Reims. Recibió la
ordenación sacerdotal a la edad de 27 años.
Dócil a la voz de Dios que lo llamaba a poner en Él toda su confianza, Juan Bautista se despojó de todo: en primer lugar de su título de canónigo, luego de su patrimonio que distribuyó a los pobres durante la carestía que desoló a Francia en los años 1683 y 1684, haciéndose totalmente pobre como los niños que venían a sus escuelas y como los maestros, a quienes animaba a tener confianza en Dios.
La Salle se sintió “impresionado
por el abandono de los hijos de los artesanos y de los pobres”. Poco
tiempo después, se vio comprometido en ayudar a un grupo de maestros a
fundar escuelas para niños pobres. Con el fin de ofrecerles una buena
educación, fundó las Escuelas cristianas gratuitas. Se unió a aquellos
maestros y fundó con ellos una comunidad laical que tomó el nombre de Hermanos
de las Escuelas Cristianas (1680). Entendió, entonces, que Dios
lo había conducido a una empresa imprevisible: el nacimiento de un nuevo
tipo de vida consagrada, la de los Religiosos
Hermanos.
El Instituto recibió la aprobación formal de parte de la Iglesia por medio de la bula papal “In apostolicae dignitatis solio”, en 1725.
Juan Bautista de La Salle fue canonizado en 1900. Pío XII lo proclamó, en 1950, “Patrono especial de todos los educadores cristianos”.
Hoy, la gran familia de La Salle
consta de 5
000 Hermanos, que junto con 84 000
educadores y numeroos colaboradores laicos ayudan en cerca de 1 000
centros educativos en 80
países. Ochocientos cincuenta mil alumnos, niños, jóvenes
y aun adultos, reciben la mejor educación posible en las aulas de La
Salle.
El carisma lasaliano, siempre vivo
y renovado, ha dado sus frutos también en el nacimiento de
otras congregaciones y grupos de hombres y mujeres
consagrados: El Instituto
Secular de la Unión de Catequistas (presentes en Italia,
Perú y Eritrea). Las Hermanas
Guadalupanas de La Salle (presentes en Bolivia, Brasil,
Colombia, Ecuador, Filipinas, Italia, Madagascar, México, Perú y Estados
Unidos). Las Hermanas
Lasalianas (presentes en Australia, Filipinas, Tailandia,
Estados Unidos y Vietnam). La Fraternidad
Signum Fidei (consagrados laicos presentes en 35
países).
Además, forman parte de la Familia Lasaliana y comparten su carisma también el movimiento de Jóvenes Lasalianos, la Unión Mundial de Exalumnos (UMAEL) y la Asociación Internacional de las Universidades Lasalianas (IALU/AIUL).
La Familia Lasaliana reconoce y acoge a personas de otras religiones, creyentes de otras confesiones que comparten la Misión Educativa Lasaliana y llama a La Salle “nuestro Fundador”. Un ejemplo de ello es la Universidad de Belén donde hay, además de los Hermanos, educadores y estudiantes de otras religiones.
La actividad educativa de la Familia
Lasaliana se realiza en favor de todos los sectores
sociales. El Instituto está comprometido desde siempre en favor de la
educación sobre los derechos de la infancia. En el año de la alfabetzación
internacional (1990), la UNESCO otorgó el premio NOMA a
las instituciones lasalianas. Colabora con el Proyecto Intercongregacional
“Solidaridad con Sudán del Sur” de la Unión de
Superiores Generales: está entre los miembros fundadores de la
BICE (Oficina Internacional Católica de la Infancia) y tras el
terrible terremoto que golpeó a Haiti, la Congregación está realizando un
importante proyecto a nivel escolar, sanitario y social.
Los centros educativos del Instituto Lasaliano comprenden todos los niveles: educación infantil y primaria, escuela media, superior, formación profesional y universitaria. Hoy, Hermanos y Laicos Lasalianos sostienen más de 300 centros educativos no formales para los niños, jóvenes y adultos que viven en zonas de degrado social.
Siguiendo los pasos del Fundador,
13
Hermanos han sido canonizados, 77 son
Beatos y otros 86, entre ellos numerosos
mártires, están en la vía de la santidad con proceso
iniciado o en vía de concluir.